Por Juan Tomás Valenzuela
El que había sido fiscal
en los tiempos de Leonel,
ahora, mofándose de él
le critica su accionar.
La ambición presidencial
del rufián Domínguez Brito,
se enfoca hacia un erudito
que a principios del milenio,
él consideraba un “genio”
y hoy considera un proscrito.
Como hoy, quien firma los cheques
y que dá los nombramientos
no es “El amo de los vientos”,
sino que este guacateque,
Domínguez Brito, hace un trueque
de sus principios morales,
por la funda de tamales
que le ofrece el presidente,
para que traiga su gente
al proyecto de González.
Perdón con lo de González,
lo hice para buscar rima.
Me refería a la tarima
en donde estos marsupiales,
cargados de heces fecales
se lanzan contra el león,
que impidió la reelección
del mudo beligerante,
que quería seguir campante
montado en la corrupción.
Ahora dice este maldito,
parafraseando a Leonel,
quien prometió en el poder
hacé un Nueballol chiquito,
que él va a hacer de este paisito
no un pequeño Nueva York,
sino un proyecto gestor
que haga de Dominicana,
la nación robusta y sana
que soñaba el fundador.
Cuando Brito fue fiscal
o mejor… Procurador,
no persiguió al agresor
del despilfarro estatal.
Al contrario, vino a dar
lección de apandillamiento,
puesto que en ningún momento
persiguió la corrupción,
y ahora se enfrenta al león,
a ver si alguien le cree el cuento.
Juan de los Palotes
5 agosto 2019